Todos conocemos la historia del sismo que sacudió al entonces Distrito Federal aquella mañana del 19 de septiembre, las […]
Todos conocemos la historia del sismo que sacudió al entonces Distrito Federal aquella mañana del 19 de septiembre, las imágenes desgarradoras de edificios destrozados y de las personas sobreviviendo entre los escombros pasarán a la historia como uno de los capítulos más trágicos de nuestra historia.
Como a la historia pasará también, la lentitud con la que el gobierno de Miguel de la Madrid actuó frente a la emergencia, quizás con el objetivo de ocultar la tragedia, minimizándola de cara a la celebración del mundial México 86, o quizás también por la poca empatía que tenía, ya desde aquel entonces, la autoridad frente a la tragedia constante de los mexicanos.
Lo cierto es que bajo las cenizas de una ciudad devastada resurgió el espíritu solidario y fraterno del mexicano, muchas veces olvidado y menospreciado, que despertó con gran fuerza, aquel amanecer de septiembre en punto de las 07:19 de la mañana.
Frente a la incapacidad gubernamental para enfrentar la tragedia, sobrevino el carácter de los ciudadanos para levantar de los escombros a sus hermanos, casas, plazas, iglesias, hospitales, escuelas… su ciudad, y es que ¿a quién le importa el color del partido, el modelo económico o el presidente en turno cuando se trata de ayudar?
Los mexicanos dimos una muestra sin precedentes de unidad, como la hemos dado en muchas ocasiones frente a los desastres naturales que han golpeado a nuestros hermanos en toda la República.
El sismo dejó como consecuencia el despertar de una ciudadanía que, cansada de la apatía gubernamental, tomó en sus manos las riendas de su ciudad, que trajo consigo la creación de la asamblea de representantes del DF en 1993, y en 1997 la posibilidad de elegir a sus propios gobernantes.
La Laguna por su parte, vivió también la tragedia que trajo consigo la guerra contra el narcotráfico y frente al sismo social que la inseguridad trajo consigo, surgió la fuerza de una ciudadanía crítica y participativa que ha buscado levantar de los escombros a esta región, orgullosa siempre, de vencer al desierto y sus adversidades.
Somos un proyecto del Consejo Cívico de las Instituciones, A.C. que promueve el análisis y la evaluación de indicadores técnicos y de percepción ciudadana que permitan incidir en mejores políticas públicas y mejorar la calidad de vida de la Laguna.