El domingo 2 de junio del 2024. México, vivió uno de los procesos electorales más grande de la historia. […]
El domingo 2 de junio del 2024. México, vivió uno de los procesos electorales más grande de la historia. Registrando una participación ciudadana del 61.04% de acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE), en donde alrededor de 60 millones de ciudadanos se dieron cita en sus casillas para poder ejercer el derecho de elegir a un presidente, 128 cargos para senadores y 500 cargos de diputados a nivel nacional, mientras que, en algunos Estados, también se renovaron alcaldías y gubernaturas.
Pero ¿qué hay en la otra cara de la moneda?, mientras que algunas personas esperaban en largas filas bajo el intenso sol para ejercer su voto, estaban también aquellas que le abrieron la puerta a la democracia como observadores electorales y funcionarios de casilla. Viviendo la realidad más cruda de los mexicanos que aceptan este desafío…la falta de interés.
En este proceso, tuve la fortuna de ser observadora electoral y estar acompañada de cinco jóvenes en la misma calidad, los cuales, fueron testigos de lo importante que es y lo que representa su participación como ciudadanos.
Para algunos, fue su primera vez ejerciendo un voto, llegaron a la casilla llenos de entusiasmo y con la convicción de ser ellos los responsables de detectar las áreas de oportunidad para futuras elecciones. Y sí, hay muchas áreas de oportunidad en donde las Instituciones pueden mejorar, pero hay todavía más, en las que se pueden mejorar como sociedad.
La participación ciudadana, es una de las herramientas más valiosas que se tiene, y que tristemente, no todos aprovechan. Participar en los procesos electorales, es la llave que le permite al ciudadano tener la decisión de elegir a quien le permite ingresar a su hogar o, en este caso, a quien le permite gobernar el país.
Y en la medida que como sociedad se tomen con responsabilidad estas obligaciones, será entonces cuando se abrirán las puertas al cuestionamiento, la sabiduría y al criterio, para cerrarlas a la apatía, la desinformación y el desinterés por lo que nos rodea.
Somos un proyecto del Consejo Cívico de las Instituciones, A.C. que promueve el análisis y la evaluación de indicadores técnicos y de percepción ciudadana que permitan incidir en mejores políticas públicas y mejorar la calidad de vida de la Laguna.