La juventud es sin lugar a dudas la etapa más importante de nuestras vidas, es donde conocemos a nuestro […]
La juventud es sin lugar a dudas la etapa más importante de nuestras vidas, es donde conocemos a nuestro primer amor y a los que serán nuestros mejores amigos de por vida, sentimos por primera vez la adrenalina del estrés gracias a los exámenes y la tristeza por reprobarlos, es en esta edad en donde aprendemos a sentir al mismo tiempo nostalgia por el pasado, indiferencia en el presente y miedo ante el futuro.
Es la edad en la que aprendemos todo aquello que nos ayudará a elegir que camino queremos tomar, el oficio al que nos queremos dedicar, la profesión a la que le entregaremos la vida y es la edad también donde empezamos a soñar…
Soñar con el trabajo que siempre quisimos, la familia estable que anhelamos, la casa que por años construimos en nuestra mente, el carro que tantas veces imaginamos manejar, todos los lugares que queremos conocer, porque, aunque el miedo por el mañana nos agobia a cada instante, la esperanza en que todo será mejor nos consuela y nos motiva a seguir adelante.
Esta es la época donde conocemos a las personas que serán nuestro modelo a seguir: profesores que mediante sus enseñanzas nos inspiraron, líderes que con su ejemplo nos motivaron a creer en algo, artistas que con su talento movieron nuestro ser interior, padres que con su cariño nos demostraron que el amor existe, aunque el destino se haya empeñado a destrozarnos el corazón con cada decepción amorosa vivida en esta edad.
Porque esta es la edad también en la que empezamos a dudar, cuestionamos las creencias religiosas, criticamos las ideologías políticas, rompemos con las tendencias sociales, nos preguntamos a cada instante ¿qué es lo verdaderamente correcto?, aunque en ocasiones esto nos lleve a enfrentarnos a lo rígidamente establecido por las generaciones anteriores.
Abrazamos esa frase de Allende “Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”, porque es en este momento de nuestras vidas que queremos revolucionarlo todo, desde la manera de vestir hasta la manera de pensar, desde la manera de vivir hasta la manera de amar.
Y es en estos años, donde sin darnos cuenta ponemos cimientos de nuestra vida, cimientos que colocamos con cada momento tristeza o alegría, momentos de angustia o de paz, porque con el paso del tiempo entendemos que cada experiencia que vivimos por más difícil que fuera, nos ayudó a madurar… y en lugar de quejarnos de la vida, aprendemos a agradecerle por todo lo vivido.
Somos un proyecto del Consejo Cívico de las Instituciones, A.C. que promueve el análisis y la evaluación de indicadores técnicos y de percepción ciudadana que permitan incidir en mejores políticas públicas y mejorar la calidad de vida de la Laguna.